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Paraíso Agropecuario - Capítulo 3 | Así se fundó Villavicencio


Los liberales radicales habían transformado la organización política y administrativa de Colombia. Al ser una nación federal, se pretendió fortalecer la autonomía regional y consigo el desarrollo capitalista en cada una de ellas. Detrás del impulso agroexportador del Gobierno Nacional, estaba la intención de colonizar las regiones de frontera y extender el control administrativo hasta dichas regiones.


El proyecto fracasó a nivel nacional, pero trajo una transformación profunda en los llanos orientales. Pese a ser una pequeña población con tan solo 625 habitantes para 1868, un año después, Villavicencio fue designada como la nueva capital de los Llanos de San Martín, no tanto por la cantidad de habitantes, sino por su posición estratégica al ser un lugar de paso obligatorio para el comercio de los llanos con el interior del país y estar dotada con riqueza térmica y acuífera.


La llegada de empresarios e inversionistas a la región, quienes aprovecharon la titulación de la propiedad y la adjudicación de baldíos, constituyó la tercera gran oleada que recibió el piedemonte llanero.


Las haciendas cafeteras empezaron a proliferar y representar una gran oportunidad de negocio. Sergio Convers, propietario de la Hacienda el Buque y cuyo suegro era el reconocido geógrafo Agustín Codazzi, se convertiría en el primer empresario en exportar café a través de la ruta fluvial Meta - Orinoco - Atlántico.


Con el boom cafetero, muchos hacendados empezaron a impulsar otros proyectos productivos en la región; y gracias al comercio exterior fue posible importar pastos para impulsar la economía ganadera y acceder a diferentes tecnologías para mejorar la producción agrícola.


La tercera oleada no solo traería inversión a la región, cuyo propósito principal era la industrialización y la promoción de la exportación; también representó la introducción de las ideas capitalistas, tan inspiradas en la experiencia de la Unión Americana…muchos de los empresarios compararon su experiencia en los llanos orientales con la colonización del oeste que se emprendió en EE.UU.

Tras la quiebra de varias haciendas cafeteras a mediados de la década de los 70; se empezó a abandonar el monocultivo, a diversificar la producción agrícola y a cambiar la perspectiva de la producción, cuya intención sería abastecer el mercado nacional. Fue así como en las haciendas de Villavicencio se crearon grandes plantaciones de maíz, arroz, cacao, caña de azúcar y plátano.


La idea de un mercado nacional incrementó el interés por construir la vía Bogotá- Villavicencio, permitiendo a los empresarios encontrar en la contratación con el estado una oportunidad de negocio.


En 1869, el presidente Santos Gutiérrez firmó un decreto que proyectó invertir 180.000 pesos en la construcción de la vía Bogotá - Villavicencio hasta el puerto del río Meta, teniendo el incentivo de la ruta comercial internacional iniciada por Convers. El proyecto presentó bastantes dificultades, principalmente por la complejidad del terreno, alternado entre rocas y lodazales que se multiplicaban gracias a las torrenciales lluvias que caían durante 9 de los 12 meses del año.


Con el inicio de la guerra civil en 1876, la obra se abandonó por completo, dejando tan solo unos pequeños tramos de vía entre Quetame - Villavicencio y la construcción de un puente sobre el Río Negro, que en 1883 se desplomó porque la estructura de madera se pudrió y no soportó el puente de acero que había sido importado desde Nueva York.


Pese a la ausencia de infraestructura vial, la prosperidad de la región empezó atraer una multitud de migrantes provenientes de Tolima y Cundinamarca, quienes terminaron trabajando en las haciendas; también fue atraída población negra venezolana que huía de la guerra civil, quienes no fueron bien recibidos debido al racismo vivido en aquella época.


Justamente esa colonización empezó a crear la necesidad de adjudicar baldíos que eran ocupados para la producción ganadera y agrícola. Esta condición incentivó al gobierno a crear una política a favor de los colonos, sin embargo, los campesinos pobres y analfabetas desistían rápidamente por el trámite burocrático y las tierras empezaron a ser acumuladas en pocas manos, promoviendo la economía rural terrateniente y acabando con aquel “Paraíso Agropecuario” que en alguna época representó una esperanza y renacer para campesinos, colonos y pequeños propietarios.




Ilustración realizada con bolígrafos por el artista Oscar Mancera Clavijo.