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Carlos Arturo Betancourt Castro, un artista que se ha inspirado en el río Orinoco


De la cuenca Amazónica a los llanos Orientales de Colombia, así se proyecta Carlos Arturo Betancourt Castro, un hombre de 65 años nacido en el Valle del Cauca, pero que ha dedicado más de dos décadas de su vida a estudiar el río Orinoco, explorando la cultura ancestral del pueblo indígena Warao.


El artista quien actualmente se encuentra en las sabanas araucanas, en el municipio de Saravena, es un creador integral que ha expresado sus sentires sobre el afluente de agua dulce por medio de pinturas, esculturas, fotografía, instalaciones, cortos documentales y video arte.

En un proceso creativo de “tiempo completo” donde se ha perfilado como investigador crítico cultural y ambiental, ha construido con sus manos ágiles y curiosas más de mil obras y ha realizado 30 exposiciones individuales, 19 colectivas y ha escrito tres libros complementarios de los estados: Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro de Venezuela

Carlos Arturo habla de su primera interacción con el arte a temprana edad, cuando descubrió que disfrutaba pintar más que cualquier otra actividad. Al terminar el bachillerato llegó a la ciudad de Pamplona, donde el barro y arcilla de alta calidad de este municipio le sirvió para hacer sus primeros trabajos artísticos, replicando esculturas precolombinas de los Taironas y Quimbayas.

Al llegar en 1997 a la región que comprende los Estados Bolívar, Monagas, Sucre y el Delta Amacuro, el artista plástico quedó impresionado y cautivado por la forma de vestir de los Warao, pueblo étnico que posee un diseño textil multicolor, evoca lo más vivo de la naturaleza y afluente del río Orinoco, visión que se traduce en múltiples esculturas y fotografías que capta la belleza terrenal y ancestral.


Con una mirada observadora y dispuesta a percibir las maravillas de su entorno, inmerso en los paisajes y fauna de influencia llanera, se concentró en las plantas propias de los humedales de la Orinoquía y la Amazonia, en el que predominan la presencia de plantas de moriche que son Mauritia flexuosa. Interesado principalmente en el fruto, considerado alimento de vida por la población Warao, hizo una obra que combina lo ancestral, contemporáneo y lo moderno, basada en las la fibras y semillas del fruto, de la obra que tiene por título “Cosmogonía del fruto Moriche”.

La Investigación y proceso creativo de Carlos Betancourt se dota de un conjunto de herramientas formales y lenguajes visuales creando una serie de obras plásticas con elementos de la palma de moriche, representando la naturaleza, el conocimiento de las culturas ancestrales, el medio ambiente y la cosmovisión como la idea espacial.

El artista plástico espera con ansias, el día en que pueda llegar a la capital del Meta, tierra que admira y respeta, con sus obras y conceptos visuales que resumen la metáfora del río y la vida.


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