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Neo joropo: el género llanero que conquista el radar de la revista Rolling Stone

  • Foto del escritor: We Love Villavo
    We Love Villavo
  • 24 sept
  • 3 Min. de lectura
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El arpa, el cuatro y las maracas siguen sonando como hace siglos en las sabanas colombo-venezolanas. Pero algo está cambiando: el joropo ya no pertenece únicamente a los hatos ganaderos ni a los festivales folclóricos. Está mutando, escapando de la etiqueta de “música campesina” para convertirse en un laboratorio sonoro que dialoga con el trap, el jazz, el rock psicodélico y hasta el R&B.


Ese fenómeno tiene nombre: neo joropo. Y no es una moda, es un movimiento que responde a una necesidad generacional: rescatar la raíz sin miedo a romperla. La revista Rolling Stone seleccionó diez artistas que están empujando el joropo hacia territorios insospechados, desde Yopal hasta España.


Lady Arias:

Nacida en Casanare, Lady Arias habla de identidad, feminidad y libertad sexual desde el terreno que muchos creían reservado al hombre recio del llano. Su frase de batalla, “I am from Yopalito”, es declaración de intenciones. Con canciones como “Zumba que Tumba”, convierte el joropo en un grito queer, urbano y global.



Cimarrón:

La agrupación colombiana que reventó los festivales de world music lleva más de dos décadas demostrando que el joropo puede sonar tan poderoso como cualquier big band de jazz. Con contrabajos, percusiones afro y voces recias, Cimarrón es la prueba viviente de que la tradición no se conserva bajo vidrio: se expande, se electrifica y se baila con rabia.



Judeline: desde España al Grammy

El folclor llanero tiene raíces españolas y Judeline lo supo leer. Su tema “JOROPO” estuvo nominado a un Latin Grammy y mostró cómo las nuevas generaciones pueden jugar con los géneros de raíz sin caer en la caricatura. Su sonido es pop alternativo, pero su sangre late en 6/8.



Laura Lambuley

Formada en Estados Unidos como pianista de jazz, decidió volver al llano desde las teclas. Su disco “Llano en Blanco y Negro” es un statement: el piano clásico puede ser tan llanero como un arpa si se sabe escuchar la sabana en cada acorde.



Gato e’ Monte

Canta como campesino, escribe como citadino. Su propuesta se pasea por la carranga, el bambuco y el joropo, pero siempre con un aire callejero y sentimental. Es la banda sonora del que migró del campo a la ciudad y no olvida de dónde viene.

Selva Volcán: R&B con alma venezolana


Una de las voces emergentes más prometedoras de Venezuela. Su tema “La Cruz” mezcla beats electrónicos con ecos de arpa llanera. Su música coquetea con el mainstream latino, pero sin soltar el cordón umbilical con el folclor.



El Yopo

Con bandola en mano, El Yopo se lanza a experimentos que van del rock al ska. Sus canciones son un viaje ácido por el paisaje del llano, donde el pasado y el presente conviven en un trance sonoro.



Chimó Psicodélico

El nombre lo dice todo: una mezcla irreverente que huele a sabana y rebeldía. Su sonido es una descarga de punk, rock y electrónica con ADN llanero. No quieren conservar el joropo: quieren incendiarlo y reconstruirlo desde las cenizas.



C4 Trío

Si el arpa es reina, el cuatro es el cómplice. En manos de C4 Trío, este instrumento venezolano deja de ser acompañante para convertirse en protagonista. Su propuesta es instrumental y viaja del jazz a la salsa, llevando el joropo a un nivel de virtuosismo global.



manchad0

Su estilo ecléctico desarma cualquier etiqueta. Entre el vallenato, el pop alternativo y el joropo, manchad0 es un proyecto extraño, intrigante y necesario. Una propuesta que deja más preguntas que respuestas, pero que confirma que el neo joropo no tiene límites.



El sonido de nuestra tierra vibra globalmente


El neo joropo es mucho más que una fusión: es una declaración cultural. Sus artistas entienden que lo llanero no puede quedarse encerrado en festivales folclóricos ni en discursos nacionalistas. Al contrario: se reinventa, se globaliza y se convierte en soundtrack de nuevas generaciones que quieren bailar sabana con sintetizadores.

El llano suena distinto, y el mundo empieza a escucharlo.

 
 
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