Llaneros fabrican el arpa más grande del mundo en tan solo dos meses

Este mes de diciembre el arpa más grande del mundo cumple dos años de haber sido construida en homenaje a los intérpretes de este instrumento insignia de la música llanera.
Se trata de “Las 32”, una obra del escultor llanero Diego García, la cual mide 14 metros de alto y pesa 100 toneladas. Fue instalada el pasado 28 de diciembre de 2019 en el Parque del Arroz del municipio de Aguazul y desde entonces es considerada uno de los monumentos más emblemáticos de Casanare.

“En estos momentos el monumento colosal es un icono patrimonial de la región y se ha convertido en un atractivo turístico que ha visibilizado el municipio de Aguazul y a los llanos orientales. Cientos de personas visitan la escultura monumental, realizan variedad de eventos en su pedestal y se llevan un recuerdo o un registro fotográfico con el gran instrumento”, explicó su hermano, el escultor Jaime García.

El artista llanero Jaime García, le contó a We Love Villavo que realizar la emblemática obra fue una tarea titánica, una carrera contra reloj porque se fabricó en un tiempo récord de dos meses.
Para cumplir con los tiempos estipulados el equipo del proyecto conformado por más 50 personas trabajó durante día y noche, en una obra que normalmente tarda más de 6 meses en ser construida.

“Trabajamos, prácticamente 24 horas todos los días, porque sabíamos que era un reto, pero nos esforzamos al máximo ya que queríamos entregarle al pueblo llanero este homenaje especial que inmortaliza el instrumento mayor de nuestra música”, recordó Jaime.
Según una investigación realizada por los autores de la obra, actualmente el departamento de Casanare tiene el arpa más grande del mundo, superando un monumento de 8 metros que se encuentra en Venezuela.

“Las 32” fue ubicada en un espacio público para despertar en propios y visitantes sentimientos de identidad, orgullo y sentido de pertenecía con la máxima expresión cultural de los llaneros; el joropo.

Cabe destacar que el monumento del arpa, fue una de las cinco grandes obras entregadas al departamento de Casanare, como tributo a los llanos colombo-venezolanos por el reconocido artista plástico Diego García Escultor llanero, quien falleció el 20 de mayo del presente año a sus escasos 33 años, pero que ha dejado un legado indeleble para la cultura llanera y las próximas generaciones.

