Artes para la Paz: reconocimiento a los sabedores y formadores del arte en Colombia
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Por: Diego Fernando Rojas Parra Artista y Formador CulturalParticipante del Proyecto Artes para la Paz – Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes
Colombia avanza hacia un modelo de país que reconoce, respeta y dignifica la diversidad de sus expresiones culturales. En ese camino, el proyecto Artes para la Paz, liderado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, se consolida como una de las iniciativas más significativas de los últimos años para valorar el trabajo de quienes, desde los territorios, han construido tejido social a través del arte.
Por primera vez, cientos de formadores, artistas y portadores de tradición en áreas como la música, la danza, el teatro, las artes plásticas, el arte comunitario y otras expresiones culturales, recibieron un reconocimiento formal de sus saberes, al obtener el título de Técnicos en sus respectivas áreas artísticas. Este logro fue posible gracias a un proceso riguroso que incluyó evaluación, demostraciones prácticas y la sistematización de conocimientos adquiridos a lo largo de toda una vida de experiencia.

Más que certificar una capacidad técnica, Artes para la Paz reivindica trayectorias de vida dedicadas a la enseñanza, la formación de nuevas generaciones y la preservación de las identidades culturales de cada región. Detrás de cada certificación hay décadas de esfuerzo, disciplina y compromiso en comunidades donde el arte ha sido refugio, resistencia y esperanza.
El proyecto parte de una visión integral de la paz, entendida no solo como la ausencia de conflicto, sino como la construcción cotidiana del tejido social. En ese sentido, reconoce a los formadores artísticos como actores fundamentales en la transformación de sus territorios. El valor de esta iniciativa es tanto simbólico como práctico: dignifica a maestros empíricos que durante años no contaron con una validación oficial y, al mismo tiempo, abre nuevas oportunidades de empleabilidad, participación y proyección profesional al otorgar un título técnico reconocido a nivel nacional.

Esta certificación envía un mensaje claro y contundente: la cultura no es un complemento, es un pilar de la paz. Los formadores del arte son líderes comunitarios que han promovido la convivencia, la creatividad y el sentido colectivo incluso en contextos marcados por la violencia y la exclusión. Con este proyecto, el país comienza a saldar una deuda histórica con quienes han sostenido la memoria, la identidad y la esperanza desde el arte.
Asimismo, Artes para la Paz demuestra que las políticas culturales pueden y deben estar al servicio de la gente. Cuando el Estado escucha a los territorios y diseña procesos de formación basados en el respeto por los saberes locales, se fortalece la democracia cultural que Colombia necesita.
Hoy, gracias a esta iniciativa, el país reconoce a sus sabedores y formadores como lo que siempre han sido: maestros, creadores, guardianes de memoria y profesionales del arte que construyen nación desde la sensibilidad, la tradición y el compromiso social. Es un paso firme hacia una Colombia que valora a su gente y entiende que la paz también se teje con música, danza, historias, belleza y dignidad.


























