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La historia de la Plaza 7 de Agosto, antes de convertirse en un centro multicultural


En Villavicencio, a finales del siglo XX, existía una improvisada plaza de mercado a cielo abierto donde varias personas se ponían cita diariamente para comercializar verduras, frutas, cárnicos, lácteos, alimentos transformados, granos, entre otros.

“Mi madre comenzó con un restaurante y luego pasó con el mercado de las gallinas. En la plaza había una división de sectores, donde se encontraban todas las personas que trabajábamos en algo específico”, recordó Daisy Marícela González, quien fue comerciante de la plaza.

Desde las cinco de la mañana los comerciantes alistaban todos sus productos para ofrecerlos a los habitantes de Villavicencio y aunque lograban exhibir los alimentos para su posterior venta, las condiciones no eran las mejores, por la ausencia de una verdadera estructura que les permitirá tener un lugar higiénico, cómodo y dotado con los servicios básicos.

Sin embargo, todo cambio en el año 2004, cuando el alcalde de la capital del Meta de dicha época ordeno desalojar a los comerciantes de Plaza 7 de Agosto para derrumbar la antigua estructura.

En dicho sitio se realizaron los diseños de un complejo con una innovadora propuesta urbana, de acuerdo con la arquitectura de la zona, pero su construcción tardo más de lo normal y por años el poder disfrutar de estas instalaciones tan solo parecía un sueño lejano.

Desde dicha época muchos de los comerciantes se localizaron en las calles del sector, alrededor de lo que fue la plaza, pero que se convirtió en un elefante blanco, luego de que fuera abandonada por el alcalde de turno durante más una década.

“Hace 17 años derrumbaron la Plaza 7 de Agosto, sin embargo nosotros seguimos trabajando aquí en la calle, por la parte de afuera de la galería, porque en ese entonces estaba sellado con lonas y latas”, explicó

El 4 de diciembre de 2020, el actual alcalde de Villavicencio, Juan Felipe Harman, en un hecho histórico para el municipio, inauguró la Galería 7 de Agosto, proyecto que se posiciona en la ciudad como centro multicultural y turístico.

“Somos un total de 8 vendedores callejeros que ahora contamos con un punto de venta fijo en este importante lugar. Antes nosotros y nuestros clientes estaban expuestos al sol y al agua, pero ahora les ofrecemos comida y muchos productos en un solo lugar”, aseguró Daisy Marícela González, quien actualmente vende gallina de campo, gallina ponedora, huevos y cuajadas en el stand 23 de la Galería Siete de Agosto.

Actualmente artesanos, campesinos, productores, emprendedores y artistas de la región se encuentran reunidos en la Galería 7 de Agosto cual está abierta de lunes a domingos desde las 8:00 a.m. hasta las 5:00 p.m., para que propios y turistas se enamoren de la ciudad y del potencial humano de su gente.

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