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Conozca la historia del porqué Villavicencio tuvo un avión discoteca


Tras la realización de la nota "El avión discoteca en el que se divertían los villavicenses en los años 70", quedamos con el interrogante de ¿Quién trajo el avión discoteca a Villavicencio? Se le preguntó a más de seis personas, entre historiadores, periodistas y habitantes de la ciudad pero, aunque todos recordaban el singular lugar, ninguno supo dar respuesta.


Durante la indagación se escuchó diferentes versiones sobre quién fue la persona que decidió crear una pista de baile en el interior de una aeronave. Algunos dijeron que lo compró un capitán de la Fuerza Aérea Colombiana, otros hablaron de un empresario de la ciudad, pero lo cierto es que el nombre de este personaje era toda una incógnita.

En febrero del presente año, We Love Villavo recibió un mensaje que sería la clave para resolver el misterio. Yamile Uribe Polo, aseguró que su padre Carlos Uribe Bobadilla, fue el hombre que había creado la famosa discoteca que hoy solo se encuentra en el recuerdo de los villavicenses más longevos.

Contactamos a Yamile y su madre Sonia Polo Uribe, quien fue la esposa de Carlos Bobadilla, para conocer la historia y revivir el momento en el que un avión se convirtió en un sitio para beber y bailar en la puerta del llano.



El hombre que fundó el avión discoteca


Carlos Uribe Bobadilla, nació en un pequeño pueblo de Cundinamarca llamado Apulo, sin embargo en 1967 llegó a la capital del Meta, municipio que le resultó encantador por sus paisajes y abundantes zonas verdes.

La mayor parte de su vida fue comerciante de chatarra, un hombre que encontraba valor en las cosas que a la mayoría de personas ya no le interesaban. Fue esta la razón por la que un día cualquiera del año 1970 compró un avión que estaba abandonado en la Fuerza Aérea.

“Lo compró por chatarra y lo trajo de la Fuerza Aérea hasta el Maizaro en grúas. No lo dejaban transportar sino después de las 7:00 p.m. hasta las 4:00 a.m. y primero fue llevado el fuselaje, las alas se las tuvieron que quitar y trasladar al lugar otra noche”, dijo Sonia Polo.

Sonia explicó que la primera impresión de las personas que vieron el avión en el barrio fue de temor, porque estaba el rumor de que en él se habían muerto unos pasajeros que estuvieron a bordo antes de que fuera abandonado por la Fuerza Aérea.


Pero ninguna crítica logró que Carlos Bobadilla desistiera de su idea. Lo armó nuevamente, le puso las alas y comenzó las adecuaciones para convertirlo en espacio para la recreación nocturna. Compró unas sillas, mesas, luces, adecuó una pequeña pista de baile y le dio nuevamente vida al objeto con la música de la época.

“La gente tomaba y bailaba, realmente la pasaban sabroso. Se vendía comida rápida y toda clase de licor”, recordó la esposa del emprendedor.

El avión discoteca se encontraba en su mejor momento, era un sitio obligatorio para los turistas y los villavicenses que entraban motivados principalmente por la curiosidad, pero volvían por la atención y satisfacción de estar en un sitio exclusivo y novedoso.

Pero la dicha duró poco, tras la popularidad de la discoteca llegaron diferentes personas argumentando ser dueñas del terreno por el puente del caño Maizaro, donde estaba ubicado el avión.

“Le resultaron como 10 dueños a ese lote y lo hicieron desalojar de ahí”, puntualizó Sonia.

Con la misma rapidez que llegó el avión, así mismo dejó de existir una noche. De él no quedan sino los recuerdos, porque en un inesperado suceso del hogar de Sonia y Carlos, las fotos se quemaron.


Cabe destacar que Carlos Uribe Bobadilla falleció el 7 de diciembre del año 2008. We Love Villavo agradece a su familia por compartir su historia, para poder hacer memoria de los lugares que en algún momento fueron icónicos de la ciudad.

Fotografía del avión tomada de la fanpage Historias del Meta.

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