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La tingua azul cada año hace un viaje con el que puede extraviarse o morir


La Tingua Azul, científicamente conocida como Porphyrio martinica, es un ave de tamaño mediano, que tiene el pico rojo y amarillo y posee un llamativo plumaje de color verde, purpura y azul, que le hace honor al nombre con el que popularmente se le conoce.


En Colombia habita en los llanos orientales, en humedales y zonas pantanosas. Sin embargo, entre octubre y abril miles de ellas llegan a la capital del país, buscando refugio y alimento. Pero durante el mes de enero y febrero es cuando un mayor número de estas aves llegan a la ciudad de Bogotá.

Algunos expertos aseguran que la Tingua Azul emprende este largo viaje debido a que en la temporada de lluvias los humedales se inundan al punto en que conseguir su alimento se vuelve una tarea prácticamente imposible. Pero emigrar no es una tarea sencilla.

Cada año la Secretaría de Ambiente de Bogotá hace un llamado a salvaguardar la vida de estas aves ya que muchas de ellas se extravían y terminan en tejados, parques o en vía pública.

Las tinguas azules, que no miden más de 33 centímetros, debido al largo viaje que ocasiona un alto desgaste energético, busca descansar en los humedales bogotanos, pero al no encontrar fácilmente estos espacios caen rendidas. Otras chocan contra las ventanas de los edificios al confundirlos con espejos de aguas, ocasionando graves fracturas o en el peor de los casos, su muerte.

“La mayoría llegan por el extremo suroriental de Bogotá y cuando entran por las localidades de Usme y se encuentran con todo el caos de la ciudad, con ruido, contaminación del aire, contaminación lumínica, las estructuras de los edificios y las ventanas de tipo espejo. Todo eso se junta y termina volviéndose un inconveniente para que ellas encuentren los humedales”, le dijo Jorge Escobar, director de la fundación Humedales Bogotá, al Espectador.

Por esta razón los ciudadanos frecuentemente encuentran a estas aves desorientadas. Durante esta época la Secretaría de Ambiente de Bogotá recibe cerca de 400 llamadas de ciudadanos que advierten sobre la presencia de estos animales en alguna situación que puede representar algún riesgo.

Al ser una especie que se alimenta de tallos, hojas, raíces, semillas, insectos y lombrices, contribuye a la dispersión de semillas y al control poblacional de invertebrados pequeños, siendo importante para el equilibrio de los ecosistemas, por ello We Love Villavo invita a proteger y salvaguardar sus vidas.


Fotografías tomadas de eBird


¿Qué hacer si me encuentro con la tingua azul?

Juan Sebastián Bohórquez Rodríguez, quien es médico veterinario y zootecnista, explicó que lo ideal es dejarlas en un lugar tranquilo para evitar que sean atropelladas por vehículos y atacadas por animales domésticos como perros y gatos.


Además, lo recomendable es dejarlas en un área cerrada como un patio, habitación o en una caja limpia, donde deben estar tranquilas para evitar que se alteren. Posteriormente llamar a la línea de atención de fauna silvestre de Cormacarena 321 482 0327 y en el caso de Bogotá la línea de atención de la Secretaría de Ambiente 377 88 54 / 317 427 68 28 o al correo electrónico a fauna@ambientebogota.gov.co.

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