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Arley Arteaga creó una empresa que fabrica alimentos saludables para las mascotas


Son las 6:30 a.m. y la ciudad de Villavicencio hasta ahora despierta, en las calles se pueden ver unas cuantas personas que ya se dirigen a sus respectivos trabajos, los jóvenes estudiantes inician sus jornadas académicas y mientras tanto en una casa cualquiera Robinson Arley Arteaga Carrasquilla, un hombre oriundo de Medellín, se prepara para iniciar las labores de su emprendimiento que lleva por nombre Bio-Barf, una empresa que fabrica alimentos saludables para perros y gatos.

Antes de iniciar a trabajar agradece por las cosas sencillas que en algún momento parecían un lujo, como lo es una cama, alimentación y una vivienda. De hecho, hace 8 años atrás, cuando llegó a la puerta del llano no contaba con nada más que sus ganas de emprender y la compañía de su hijo.

Con nostalgia recuerda aquella época de dificultad, reconociendo que el camino para cumplir sus metas no ha sido sencillo, pero ha valido la pena tanta insistencia y terquedad. Su objetivo de vida siempre fue emprender, generar empleo y ser motivo de inspiración para muchas otras personas.

Cuando en la “Ciudad de la Eterna Primavera” tuvo dos empresas, la primera fue un negocio de servicio técnico para celulares y posteriormente una comercializadora de cárnicos, pero por cuestiones del destino ninguna prosperó como él deseaba y una crisis económica y sentimental lo obligaron a emigrar en busca de mayores oportunidades.


En la capital del departamento del Meta inició trabajando con una empresa de perfumes, ofreciendo los productos en las calles del municipio y vendiendo tan solo lo suficientes para pagar el hotel con su hijo. Meses después trabajó como vendedor puerta a puerta y de tanto caminar comenzó a conocer el potencial del territorio que ahora era su nuevo hogar.

Mientras rememora dicho momento de su vida menciona que en ocasiones las personas no son profetas en su tierra. Él se dio cuenta que en Villavicencio no había ningún grupo en defensa de las razas de perros que son consideradas peligrosas, así inició su labor social y gestión en pro de los caninos y felinos.

En 2015 vio la necesidad de crear un producto que beneficiara a las mascotas de los llaneros, a partir de un alimento a base de carne que evita el desarrollo de enfermedades y ayuda a que el sistema inmunológico sea más fuerte.

Solicitó un préstamo para comprar un molino para carnes, un congelador y 20 kilos de carne para fabricar el Bio-Barf que normalmente vendía en una semana. Actualmente prepara 150 kilos diarios, de lunes a viernes.


La empresa que inició con 4 o 5 clientes, hoy asesora a más de 150 personas que desde hace años eligen la comida natural para alimentar adecuadamente a sus mascotas o como le llama Arley “compañeros de vida''.

¿Por qué sigues intentando emprender? ¿por qué no buscas un trabajo formal? ¿Realmente crees que podrás vivir de los perros y gatos? eran algunas de las preguntas que los escépticos le hacían con frecuencia. El camino de emprender él lo compara con su viaje de Medellín a Villavicencio, ya que durante todo el recorrido observó muchos letreros que señalaban a cuantos kilómetros podía retornar a su ciudad de origen, pero ninguno decía que estaba por buen camino, que se dirigía a un buen destino.


Con esa analogía asegura que muchos le solicitaron rendirse, pocos lo alentaban a seguir persistiendo en sus sueños, sin embargo, con orgullo explica que hoy Bio-Barf genera cuatro empleos directos y mientras su equipo de trabajo se encarga de la fabricación del alimento y de la entrega de los pedidos, Arley se dedica a la asesoría integral de sus clientes y a capacitarse en nutrición animal para siempre estar a la vanguardia.


Instagram: @bio_barf

Whatsapp: (+57) 314 2931345








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