Dos días de experiencias en ‘‘Expo Tattoo Villavo”
Más allá de la idea de una convención de tatuajes, estos espacios se crean a partir de la necesidad de muchos artistas de la ciudad de Villavicencio, que buscan un canal o un eje cultural en el que exponer sus trabajos públicamente.
Nunca había asistido a una Expo-Tatto en Villavicencio. No sabía que era ver a una multitud de jóvenes tatuándose al mismo tiempo y tampoco esperaba encontrar un recinto cultural tan nutrido. Lo único que sabía, era que la cita comenzaba el sábado veintiséis a la una de la tarde y terminaba el domingo veintisiete a las doce de la noche.
Al entrar, el murmullo de las personas y el calor se mezclaban para generar un ambiente de fiesta artística. El zumbido de las maquinas parecían un concierto que iba dejando rastros de colores en las pieles que hacían de lienzo y las caras de sufrimiento de las personas demostraban que su dolor era tan puro como el arte que le estaban plasmando.
En un elevado escenario, en el que se podía apreciar casi todo el lugar, se presentaron agrupaciones musicales y performances de danzas artísticas; hubo bandas de reggae, blues, trash-metal, música llanera e interpretaciones de instrumentos étnicos africanos.
Este contraste de expresiones culturales demuestra la armonía que se forja cuando se convive alrededor del arte. Tatuadores, músicos, bailarines, escritores, graffiteros, todos aportando su talento para consolidar un espacio que pertenezca a la comunidad y responda a las necesidades culturales que esta presenta.
En el evento se hallaban aproximadamente 86 tatuadores que se destacaban por su portafolio de trabajos y la bioseguridad que poseían en sus lugares de laburo. Además, se exigía una excelente higiene en cuanto a los instrumentos utilizados en el momento de limpiar el tatuaje y de tatuar, ya que es un requisito que demanda la secretaria de salud.
Algunas de las categorías, en las que podían participar los tatuadores y mostrar algo de sus trazos eran: nueva escuela, vieja escuela, neo-tradicional, libre, sombras, caligrafías, mejor tatuaje del evento, alusivo al llano, realismo y oriental. En cada categoría existía el primero y el segundo puesto, aun así, el conductor del evento rescataba la interpretación artística de cada participante, por encima del concepto de competencia. Los ganadores recibieron máquinas de tatuar, kit de pigmentos, latas de colores y también se les entregaba productos para el cuidado de la piel.
La mesa de jurados estaba conformada por dos patrocinadores del evento, los cuales llevan ya quince años en la escena del ‘tatto’ y un artista internacional de Alemania. Los criterios que usaban para calificar dependían de las características o especializaciones de la categoría, también se tenía en cuenta la calidad del tatuaje, sus líneas, rellenos y difuminados.
El público ha demostrado su agrado hacia las actividades y escenarios que ofrece la exposición; asisten personas de la región y de otros lugares del país, desde jóvenes hasta familias interesadas en ver, conocer y aprender sobre las artes corporales.
“Ya estamos trabajando con líderes culturales aquí en Villavicencio, para generar más sitios físicos en los que podamos explotar el talentos de los jóvenes”, dice Alejandro Ariza, quien es el organizador principal del evento. También afirma que ya están trabajando en la tercera edición, la cual contará con tres días de exposición y con más artistas internacionales.
Además de esto, buscan obtener una comisión de 120 tatuadores y una mayor difusión en medios, para brindarle un desarrollo más amplio al festival; produciendo así mayores oportunidades para los jóvenes tatuadores, permitiendo que cada artista participante se sienta cómodo al momento de expresarse y cada asistente se sienta satisfecho observando aquel peculiar arte.
Manolo Torres.
Soy comunicador social, aunque podría ser un desahuciado periodista. La vida me hizo escritor y yo hice de ella mi mayor géiser de inspiración. Actualmente, edito la página We Love Villavo y estoy próximo a publicar mi primera antología poética.